poemas de amor Crazzy Writer's notebook: The accident

6/9/10

The accident

Ana se separó de Alex lentamente, se despidió y entró en su portal. Alex, absorto por el mágico instante que acababa de vivir, no se percató del mastodóntico todoterreno que se acercaba. Un chirrido. Unas luces se le echaron encima; sintió un fuerte golpe en la zona abdominal, desplazándolo. Ana, desde el portal, congelada contempló la macabra escena: el cuerpo delgado de Alex embestido por el todoterreno, y tirado en el suelo, como un muñeco de trapo. Ana completamente bloqueada no conseguía coger el teléfono para llamar a la ambulancia. En el coche un chico joven de unos treinta años, que hablaba por en manos libres, seguía escuchando la voz de su jefe por el auricular, pero no comprendía, quedó congelado ante el ruido del cuerpo de ese chico impactando contra el frontal de su coche. Su pie derecho seguía empujando el pedal de freno; sus manos agarrotadas en el volante; no tenía fuerzas para bajar del coche, de ver a ese chico tendido en el suelo inconsciente, o lo más probable… muerto. Miguel, Kasumi y Hana que estaban jugando con la consola cuando escucharon el frenazo se asomaron a la ventana, la escena les sobrecogió, Kasumi llamó a la ambulancia, Miguel junto con Hana bajaron con una cazadora. Cuando llegaron abajo encontraron a Ana en estado de shock, no respondía, su mente estaba sumida en un bucle de imágenes, las del impacto, Hana se quedo con ella, mientras Miguel salía a la calle, el dueño del coche se bajó vio los daños del coche y rezó para que los daños del chaval fueran menos, pero eso era un milagro que no se produciría. Varios viandantes se ofrecieron a ayudar, muchos llamaron al 112. Un potente chirrido de neumáticos se escuchó a lo lejos, un coche robusto desaparecía de esa escena a altísima velocidad. Los minutos pasaban, pero la ambulancia parecía no llegar, Miguel sintió la necesidad de llevar el mismo a Alex al hospital, pero se abstuvo, pues a un herido no se le debía mover del sitio. El sonido de sirenas a lo lejos, auguraba la llegada de la ambulancia, cuatro eternos minutos pasaron hasta que la ambulancia se detuvo, bajaron los médicos y tras unas breves instrucciones y reconocimientos, subieron al herido a la ambulancia, Ana lo veía desde el portal al borde del ataque de ansiedad… del desmayo, no podía haberla ocurrido a ella, de los millones de personas, tuvo que ocurrirle a ella, Kasumi y Hana no se apartaban de ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario