poemas de amor Crazzy Writer's notebook: 1/5/13

5/5/13

The girl [En contacto , part 13]

Antes de llegar a la parada del trasbordo para llegar a la estación de buses, me había colocado los cascos y me había dejado inundar por aquellos compases orientales. Tres paradas más allá de fuente dorada, en plaza España. Bajé del autobús, tenía tiempo hasta que llegase el otro autobús asique me quedé mirando como aquel adorno central rotaba sobre sí mismo a gran velocidad. Cierto era que podría irme andando, la estación no quedaba lejos pero ya que existía la opción de hacer aquel trayecto, algo siniestro, gratis no iba a dejarlo pasar.
Recordaba a Arturo con ese pelo de tintes rojizos más corto, y con varias briznas de perilla estilo chivo en la barbilla. Era muy mono entonces pero ahora con el pelo algo más largo recogido en aquella coleta y esa nueva perilla bajo el labio… lo era más todavía. Y aquella mirada... seguía igual que cuando le vi por primera vez, sin duda fue lo que me impulsó hacia él, aquel matiz inocente que despunta con cada mirada.
El autobús estaba dando la vuelta asique dejé a aquella enorme bola del mundo dando vueltas y caminé lentamente hacia el poste de la parada. Una vez sentada en la parte de atrás del autobús me dedique a esperar escuchando mi música. Distraída miraba a los transeúntes cuando uno entre toda aquella gente me llamó la atención. Aquellos andares. Aquel peinado. La ropa elegante. Un escalofrio recorrio mi espalda al recordarlo. Pero antes de poder cerciorarme el bus arrancó en la dirección opuesta a la que él caminaba. Recorrimos lentamente las sinuosas calles de Valladolid hasta llegar a la estación. Descendí de aquel enorme bus gusano y me adentre en la dársena.
El sol había empezado a ocultarse al otro lado de los edificios y la temperatura caía con él. Aquella climatología acabaría conmigo, tan pronto te asfixiabas de calor como podías morir de frio. Dichosa ciudad. Las manos empezaban a entumecerse por aquel viento cortante que recorría la dársena de buses.
-{¿Cuánto más tardaría el bus?}- me preguntaba cada poco tiempo, aunque las canciones me ayudaban a contabilizar el tiempo. Sin querer, volví a pensar en Arturo. Estaba a mi lado, imaginé que me abrazaba en un intento por protegerme del viento. Casi pude sentir su mano sobre la mía.
-{Estaba loca de atar}- Sentí una curvatura en mis labios. Se ensanchaba lentamente. Y también me percate de un cálido rubor en mis mejillas. Me seguía preguntando por aquella sonrisa que esbozó antes de que el bus reanudase su marcha. – {Qué habría pensado, qué pretendía, que intenciones escondería tras aquella mirada inocentona}-. Entonces aquella mano imaginaria me instó a meter mis manos congeladas en los bolsillos de la cazadora.
Entonces, mi mano izquierda topó con una textura diferente al tacto habitual. Saqué aquel ente extraño de su escondite. Era una hoja doblada cuidadosamente con una precisión milimétrica. La desdoblé lentamente y comencé a leer las líneas que contenía con una letra diminuta pero legible.
 
“Ya te fugaste una vez sin dejar rastro alguno,
sólo aquellas sensaciones y recuerdos
propios de un fugaz y efímero sueño.
No cometeré dos veces el mismo error.
685 136 023.
Bss. Arturo.”
-{Arturo rodeado de aquel halo de misterio que te envolvía sin darte cuenta… pero cuándo…}- entonces aquella risita picarona cobró todo su sentido. No pude contener la risa que reverberó siniestra por toda la estación. Era increíble.
El autobús hizo su aparición a través de la reja de entrada y lentamente se fue encaminando al espacio que tenía reservado. Su velocidad decreció hasta dar con las ruedas en sus topes. La puerta se abrió y empezó a descender la poca gente que había en su interior. La escasa gente que había repartida por la estación se fue concentrando poco a poco alrededor de aquel autobús, a la espera de poder subir y guarecerse de aquel frio cortante. Yo seguía pensando en Arturo y en el hecho de que no lo vería al día siguiente, y probablemente en unos cuantos días. Aunque esta vez, al menos tenia su número de móvil.
Después de pagar el billete busqué un sitio oscuro en el cual poder concentrarme en mi música y algunos pensamientos arbitrarios durante el trayecto hasta mi casa. Me desplomé sin ganas en uno de los asientos de ventanilla y me abroché el cinturón.
El autobús comenzó a retroceder con aquel pitido agudo. Y entonces volví a verlo.. Estaba sentado en un banco, al otro lado de las puertas metálicas que separaban la zona de llegadas y salidas con la dársena de buses. -{¿Dimitri?}- Pero antes de poder cerciorarme bien, la posición del autobús imposibilito aquella respuesta. Partimos hacia la salida lentamente. Entonces volví a sentir el trocito de papel y anoté el número en la lista de contactos y entonces se me iluminaron los ojos.
-Esta vez no desapareceré-. Dije en un susurro para mi misma. Y de nuevo aquella sonrisa y ese palpito fuerte en mi pecho.

Empecé a tantear la pantalla del telefono, escuchando los "taks" que emitía con cada letra.