poemas de amor Crazzy Writer's notebook: El embrujo [II]

27/4/13

El embrujo [II]

Un sudor frio manaba de mi cuerpo. Tenía muchísimo calor. El dolor se extendía desde mi pecho como una hiedra. Era insoportable pero no me entrenaron para quejarme. Debía dar con algún lugar seguro. Las piernas me fallaron y ambos caímos al suelo. Era una locura seguir por los caminos en estas condiciones. Mire en rededor. No muy lejos había un pequeño cúmulo de cavernas y parecían seguras. Traté de erguirme, me llevo varios intentos pero terminamos por llegar a nuestro refugio improvisado. Entonces caí rendido ante el desgaste producido por los esfuerzos. Las fuerzas manaban a la vez que lo hacia la sangre que me llenaba. Mientras un pesado cansancio adormecía mi maltrecho cuerpo, trataba de reunir toda la información que era capaz de recordar a cerca de aquellos seres.
{ Según las leyendas de algunos lugares los Lugzans son seres que se alimentan de las almas, rompiendo el equilibrio que ambas partes mantienen. Y no conformes con eso, después corrompen los cuerpos de sus victimas, más propensos al pecado, de formas inimaginables. Su infinita belleza atrae a todo aquello que se les antoja, son de naturaleza caprichosa y no entienden de especies o razas. Resistirse a sus divinos poderes es objeto de que te deseen más y por tanto mayor es su empeño. }
Unos ruidos trataban de sacarme de aquel sopor inevitable. Me forcé a abrir los ojos. La luz procedente de una pequeña hoguera me cegó casi por completo. Una sombra muy borrosa me sacudía levemente. Hablaba pero no lograba entender aquello que decía. Sentí como poco a poco me iba desprendiendo de la pequeña armadura que me protegía. Cuando logró quitar la parte encargada de cubrir mi pecho, un grito ahogado de horror salió de sus labios. Aquel zarpazo se había infectado y la gangrena se extendía rápidamente, de eso era consciente. No me quedaba mucho de vida, claro que con una Lugzan a mi lado mi muerte era cuestión de tiempo.
Cada vez más débil. Deliraba en mis pensamientos, fruto del dolor. Tenía la sensación de estar sobre brasas pero mi cuerpo era estremecido por fortísimos espasmos de frio en un vano intento de mantener el calor. Entonces aquella sombra me examinó de nuevo. Sus manos eran suaves pero estaban heladas, aunque no podría asegurarlo, palpó cerca de aquella laceración que recorría mi pecho en diagonal arrancándome un aullido de dolor. Entonces tras una meditación profunda, no sin dejar de mirar mi denigrante estado, se fue aproximando lentamente a mi rostro. Traté de retroceder alejándome de su rostro, pero sus manos detuvieron el poco movimiento del que gozaba. Nuestros labios se unieron, no podía dejar de contemplar su mirada. Aquellos ojos verdes, un verde esmeralda, intenso. Sentí como algo dentro de mí se revolvía con violencia. Mi alma. Pero aquella lucha era inútil. Perdí la consciencia completamente. Todo quedo sumido en un negro profundo y solido. Suerte para mí porque lo peor aun quedaba por llegar. La incertidumbre de todas aquellas cosas que podría hacer con mi cuerpo agonizante.  

 
El embrujo parte 1

2 comentarios:

  1. Graaaaaaacias, al final me hiciste caso y continuaste con esta historia. No podría decir cual me gusta más... Mmmm...

    ResponderEliminar
  2. bueno, creo que tengo anotado hasta un tercer episodio... asique... XD

    ResponderEliminar