poemas de amor Crazzy Writer's notebook: The Girl [Fugaz, part 12]

24/4/13

The Girl [Fugaz, part 12]

Caminaba esquivando a la gente mientras mantenía la mirada fija en él. Su paso era demasiado rápido y me iba sacando distancia con cada paso que daba. Estaba saliendo del recinto, a punto de pasar por los arcos de seguridad, cuando yo todavía estaba cruzando el patio interior. Una parte de mi estaba enfadada conmigo misma, la otra desconcertada. Tanto tiempo pensando en él y cuando te habla cometes semejante patinazo, pensaba. Mis pasos eran cortos y rápidos. Cuando salí a la calle vi con horror como un coche partía velozmente. Su conductor hundió el pedal del acelerador logrando pasar el semáforo poco antes de la luz roja, desapareciendo tras la esquina de un edifico. Mi corazón se detuvo en aquel mismo instante. Los ojos se inundaron dejando escapar una pequeña lágrima.
 


Reanude mi paso en dirección a la parada de autobús. Ahora mismo no tenia ganas de nada y menos de salir. Todo aquello se esfumó como la vahada oscura del escape de aquel vehículo fugado. Ahora mismo era un conglomerado de sentimientos confrontados, quería llorar, reír, gritar, correr, hundirme en la negrura de aquel mundo a parte de mis recuerdos. Un sonido ronco y pesado pasó a mi lado destrozándome los oídos y los pensamientos. El autobús acababa de pasar a mi lado. Comencé a correr, aún estaba algo lejos de la parada y necesitaba llegar a casa cuanto antes. El conductor debió de verme por el retrovisor porque mantuvo las puertas abiertas hasta que logré alcanzarlo.
Mi respiración estaba entrecortada, no podía cubrir mi propia demanda de aire, el conductor me miró con una pequeña sonrisa. Desde luego la carrera fue intensa. Después de varios intentos logré picar mi tarjeta. Comencé a caminar tambaleante por el habitáculo, buscando un sitio apartado donde poder aislarme. No había dado tres pasos cuando me fijé en una sombra rojiza reflejada en el cristal. Estaba cabizbajo, con la mirada concentrada en un punto del suelo. Me acerqué a él con curiosidad. Muchas preguntas se me estrellaron de repente.
-{Ese chico… había estado jugando conmigo a ese juego de mesa.}- pensé – {Se parece tanto a él. ¿Cómo lo llamó la chica esa? No lo recuerdo. Pero Lidia dijo que era el que había tratado de hablarme antes de…}-.
-…era una posibilidad muy alta. Te has arriesgado mucho, era obvio que después de tanto tiempo tuviese novio. Debiste buscarla… tenias medios y conocimientos… pero por qué…- Murmuraba para sí concentrado en ese punto del suelo del bus.
-¿Arturo?- Pregunté aproximándome a él. Tenía la sensación de que fuese él pero no estaba segura. El chico cortó su monologo y levantó ligeramente la mirada. –Lo siento…-. Las palabras se me atrancaron en la garganta.
-No pasa nada, Elisa, era algo inevitable-. Su mirada seguía perdida.
-…esperándote… tanto tiempo…-. Estábamos frente a frente. -…tenía tantas ganas de verte.- Entonces levantó la mirada.
El bus frenó bruscamente. La inercia completó el recorrido restante hasta encontrarme con el tacto suave de sus labios. Aquellos dos monólogos inconexos dejaron de tener sentido. Fuimos engullidos por el silencio y la sorpresa. Eran tal y como los recordaba de aquel último beso antes de dormir aquella noche tan lejana. Entonces sentí como sus brazos envolvían mi espalda lentamente. Nos miramos en silencio un rato.
-En qué parada te bajas, Arturo- Continuaba abrazándome, como temiendo que me esfumase como el humo.
-En fuente dorada, ¿Tú a dónde vas?- su expresión irradiaba curiosidad.
-Yo me iba para la estación de buses para llegar a casa-. Su parada se aproximaba y no podía perderlo de nuevo.
-¿Eres de algún pueblo?-. Miró por la ventanilla para cerciorarse de dónde se encontraba.
-Vivo en Medina del campo.- Algo me decía que aquella pregunta no era tan inocente como aparentaba.
El autobús fue reduciendo la velocidad hasta detenerse en fuente dorada. Se acabó, ese fue el fin de nuestro fortuito encuentro.
-Está bien saberlo. Me despido, espero poder verte pronto. Elisa-. Me abrazó con fuerza y dejó un beso demasiado corto en mis labios antes de bajarse.

-Pero… pero…- tantas preguntas y un tiempo tan escaso. Pensé rápidamente en la pregunta que más información podría darme en el menor tiempo posible. -¿Te veré mañana?- dije antes de que las puertas se cerrasen de nuevo. Entonces vi como negaba con la cabeza. Y el matiz de su mirada corroboraba aquella afirmación. Pero antes de que el bus se volviese a poner en marcha puede reconocer aquella sonrisa traviesa con la que tantas veces había soñado.

:: Parte 13 ::

3 comentarios:

  1. No?!?!?! Cómo que no la verá mañana? jajajaja
    Más! quiero más. Me dejas con la intriga siempre!

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  2. [Risas] Eso quiere decir que la historia es buena, en cuanto pueda voy con el siguiente capitulo. No seria bonito dejarte con la intriga. ;·]

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