Caminaba esquivando a la gente mientras mantenía la mirada
fija en él. Su paso era demasiado rápido y me iba sacando distancia con cada
paso que daba. Estaba saliendo del recinto, a punto de pasar por los arcos de
seguridad, cuando yo todavía estaba cruzando el patio interior. Una parte de mi
estaba enfadada conmigo misma, la otra desconcertada. Tanto tiempo pensando en
él y cuando te habla cometes semejante patinazo, pensaba. Mis pasos eran cortos
y rápidos. Cuando salí a la calle vi con horror como un coche partía
velozmente. Su conductor hundió el pedal del acelerador logrando pasar el semáforo
poco antes de la luz roja, desapareciendo tras la esquina de un edifico. Mi
corazón se detuvo en aquel mismo instante. Los ojos se inundaron dejando
escapar una pequeña lágrima.
Reanude mi paso en dirección a la parada de autobús. Ahora
mismo no tenia ganas de nada y menos de salir. Todo aquello se esfumó como la
vahada oscura del escape de aquel vehículo fugado. Ahora mismo era un
conglomerado de sentimientos confrontados, quería llorar, reír, gritar, correr,
hundirme en la negrura de aquel mundo a parte de mis recuerdos. Un sonido ronco
y pesado pasó a mi lado destrozándome los oídos y los pensamientos. El autobús
acababa de pasar a mi lado. Comencé a correr, aún estaba algo lejos de la
parada y necesitaba llegar a casa cuanto antes. El conductor debió de verme por
el retrovisor porque mantuvo las puertas abiertas hasta que logré alcanzarlo.
Mi respiración estaba entrecortada, no podía cubrir mi
propia demanda de aire, el conductor me miró con una pequeña sonrisa. Desde
luego la carrera fue intensa. Después de varios intentos logré picar mi
tarjeta. Comencé a caminar tambaleante por el habitáculo, buscando un sitio
apartado donde poder aislarme. No había dado tres pasos cuando me fijé en una
sombra rojiza reflejada en el cristal. Estaba cabizbajo, con la mirada
concentrada en un punto del suelo. Me acerqué a él con curiosidad. Muchas
preguntas se me estrellaron de repente.
-{Ese chico… había estado jugando conmigo a ese juego de
mesa.}- pensé – {Se parece tanto a él. ¿Cómo lo llamó la chica esa? No lo
recuerdo. Pero Lidia dijo que era el que había tratado de hablarme antes de…}-.
-…era una posibilidad muy alta. Te has arriesgado mucho, era
obvio que después de tanto tiempo tuviese novio. Debiste buscarla… tenias
medios y conocimientos… pero por qué…- Murmuraba para sí concentrado en ese
punto del suelo del bus.
-¿Arturo?- Pregunté aproximándome a él. Tenía la sensación
de que fuese él pero no estaba segura. El chico cortó su monologo y levantó
ligeramente la mirada. –Lo siento…-. Las palabras se me atrancaron en la
garganta.
-No pasa nada, Elisa, era algo inevitable-. Su mirada seguía
perdida.
-…esperándote… tanto tiempo…-. Estábamos frente a frente.
-…tenía tantas ganas de verte.- Entonces levantó la mirada.
El bus frenó bruscamente. La inercia completó el recorrido
restante hasta encontrarme con el tacto suave de sus labios. Aquellos dos
monólogos inconexos dejaron de tener sentido. Fuimos engullidos por el silencio
y la sorpresa. Eran tal y como los recordaba de aquel último beso antes de
dormir aquella noche tan lejana. Entonces sentí como sus brazos envolvían mi
espalda lentamente. Nos miramos en silencio un rato.
-En qué parada te bajas, Arturo- Continuaba abrazándome, como
temiendo que me esfumase como el humo.
-En fuente dorada, ¿Tú a dónde vas?- su expresión irradiaba
curiosidad.
-Yo me iba para la estación de buses para llegar a casa-. Su
parada se aproximaba y no podía perderlo de nuevo.
-Vivo en Medina del campo.- Algo me decía que aquella
pregunta no era tan inocente como aparentaba.
El autobús fue reduciendo la velocidad hasta detenerse en
fuente dorada. Se acabó, ese fue el fin de nuestro fortuito encuentro.
-Está bien saberlo. Me despido, espero poder verte pronto.
Elisa-. Me abrazó con fuerza y dejó un beso demasiado corto en mis labios antes
de bajarse.
-Pero… pero…- tantas preguntas y un tiempo tan escaso. Pensé rápidamente en la pregunta que más información podría darme en el menor tiempo posible. -¿Te veré mañana?- dije antes de que las puertas se cerrasen de nuevo. Entonces vi como negaba con la cabeza. Y el matiz de su mirada corroboraba aquella afirmación. Pero antes de que el bus se volviese a poner en marcha puede reconocer aquella sonrisa traviesa con la que tantas veces había soñado.
No?!?!?! Cómo que no la verá mañana? jajajaja
ResponderEliminarMás! quiero más. Me dejas con la intriga siempre!
[Risas] Eso quiere decir que la historia es buena, en cuanto pueda voy con el siguiente capitulo. No seria bonito dejarte con la intriga. ;·]
ResponderEliminarSería muy desconsiderado :P
Eliminar